Al ser una pieza natural y artesanal, su adorno puede secarse con el tiempo. Para conservar su belleza, límpielo suavemente con un paño suave y seco y, cuando sea necesario, utilice un paño ligeramente húmedo para eliminar los residuos. Séquelo siempre inmediatamente para evitar la absorción de humedad.

Si los aceites de incienso o las cenizas entran en contacto con la superficie, límpielos con cuidado para evitar manchas y prevenir la acumulación.

Para nutrir y rehidratar la madera de acacia, aplique ocasionalmente una pequeña cantidad de aceite de tung, aceite de linaza, aceite de oliva u otro aceite natural con un paño suave.

Deje que el aceite se absorba completamente y luego retire con cuidado el exceso.

Evite los productos químicos agresivos, la humedad prolongada y el contacto directo con sustancias altamente pigmentadas para preservar el acabado y la resonancia del ornamento durante años.